
Muchas Felicidades!!!!
Una de las herencias del imperio incaico en nuestras tierras, fue la adoración a la Madre Tierra, según algunos la denominación correcta es Mamapacha, ya que así se la denomina en el Perú. Mama: madre y Pacha: universo, mundo, tiempo o lugar (recordemos que en quechua Tierra es ashpa o allpa) por lo tanto Pachamama sería la madre de la tierra, madre del lugar o madre del cerro. La deformación de Mamapacha se debió a la interpretación local del quechua (lengua no originaria de nuestras tierras) por parte del cacano, el lule o el tonocoté.
Sin duda en todo el Noroeste Argentino esta celebración se hace para agradecer, pedir y bendecir los frutos que nos ofrenda la Madre Tierra; en algunas poblaciones el rito es más acentuado, pero en casi todos los casos esta veneración se acompaña también con ceremonias religiosas de profunda raigambre y de hondo sentir tradicional.
Es poder de la Pachamama hacer crecer las cosechas, multiplicar el ganado, cuidar los animales silvestres y bendecir a los artesanos. Los festejos en su honor son en agosto.
En algunos pueblos del norte la Pachamama se personifica con una mujer de rasgos indígenas, medio retacona, con sombrero aludo y a quien siguen un perro negro, una víbora que le sirve de lazo y un quirquincho.
Ofrendas
En las sendas de los cerros se encuentran cada tanto amontonamientos de piedra llamados apachetas que tienen un doble sentido: guiar a los viajeros y ser un altar en el cual se dejan ofrendas de diversas características: hojas de coca, vino, chicha, aloja, comida, cigarrillos, yerba, etc. Estas apachetas son bien recibidas por la Madre Pacha que ayudará a los peregrinos a llegar a destino sin inconvenientes.
Cada vez que se va a sembrar, cosechar, marcar la hacienda o correr el ganado, se cava un hoyo y en él se depositarán las ofrendas… es lo que se llama corpachar o dar de comer a la tierra.
Sabías que?... en algunas traducciones kusilla significa ¡se propicia! y en otras lo interpretan como: ¡ayúdame!.
La tragedia en la Amazonia peruana enluta y sobrecoge a ese pueblo hermano, a la vez que conmueve e indigna porque pudo haberse evitado.
Para muchos desprevenidos la información de la violencia y las muertes fue la primera noticia de una confrontación de intereses en esa rica región selvática. Pero como todo conflicto, tiene su origen, sus raíces y actores visibles e invisibles.
El origen es el compromiso asumido por el presidente Alan García al suscribir en enero pasado el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, y los decretos que aprobó con facultades especiales para implementar ese acuerdo. Entre ellas, las facilidades para la explotación petrolera y gasífera en la Amazonia, y la eliminación de aranceles sobre más de las dos terceras partes de los productos industriales y de consumo, incluyendo los productos agrícolas norteamericanos.
Esa perspectiva, ya puso en marcha hace más de un año la protesta de las comunidades indígenas, pero también de sectores de la producción campesina o a los mineros artesanales. Alan García y George Bush firmaron el TLC a mediados de enero pasado y el acuerdo entró en vigencia en febrero. Las comunidades indígenas denunciaron que los decretos oficiales “abrían las puertas a la explotación y al control de sus tierras ancestrales por grandes empresas transnacionales, y al deterioro de los cursos de agua y de la biodiversidad amazónica”.
Reclamaban no haber sido jamás consultados como prescribe el convenio 169 de la OIT. Alan García llevó a la práctica su discurso habitual de menosprecio por los indígenas y promulgó los decretos sin ese diálogo y consulta previa. Su actitud fue más la de un testaferro de los intereses de las grandes compañías que la de un defensor de los derechos, la soberanía y el bienestar de todos los peruanos.
Tras casi dos meses de movilizaciones de las comunidades indígenas que rechazaban los decretos y exigían una negociación, Alan García dio la orden de reprimir. Y en la madrugada del 5 de junio cientos de policías fueron enviados para dispersar por la fuerza a miles de indígenas. Una actitud autoritaria e irresponsable, sino perversa, porque el presidente sabía que esas acciones iban a generar resistencia y seguramente víctimas entre ambas partes enfrentadas. Ahora, con la complicidad de los grandes medios de comunicación peruanos e internacionales, Alan García pretende ser la encarnación del “orden y el progreso” para su país, y utiliza a los muertos como prueba de que “con estos salvajes no se puede negociar”. Y para ello exhibe los cuerpos de las víctimas policiales, embarcados por “orden superior” en un combate de pobres contra pobres, para beneficio de los intereses de las transnacionales.
Alan García, junto con Alvaro Uribe en Colombia y Felipe Calderón en México, son las “fichas” con las que todavía cuenta el neoliberalismo en América Latina. Y no es únicamente un modelo económico. Como las dictaduras y las dictablandas posteriores que sostuvieron esas políticas en el continente, también apelan a la violencia, a la represión y al miedo para imponer el control social.
Pero es posible que esta acción irresponsable y criminal de Alan García, tenga el efecto contrario al que buscaba el presidente. Ya no son los indígenas los únicos que reclaman por el avasallamiento de su tierras ancestrales y de los recursos naturales que pertenecen a todos los peruanos. Otros sectores se suman a las protestas y desnudan las verdaderas intenciones del gobierno de Alan García, de abrir las puertas a los depredadores que ya fueron expulsados por los movimientos populares en otros países hermanos del continente.
Por eso es fundamental no dejar la información en las manos de los amanueses de la globalización excluyente y colonialista. Que no nos cuenten ellos nuestra propia historia y nuestra propia realidad. Tejamos red con nuestra gente, con sus relatos, sus experiencias, sus testimonios. Desde y con sus luchas.
Un cordial saludo.
Por Katia Gibaja[1]
Las culturas andinas festejan el día de la Chakana cada 3 de mayo. Aquí una explicación de su significado. El mes de mayo es considerado el mes de la cruz porque es el mes de la cosecha. ¿Pero qué tiene que ver la cruz con la cosecha? Muy simple.
Existe la costumbre serrana de colocar cruces que protejan los cultivos durante todo el año agrícola. Entonces, cuando se lleva a cabo la recolección se agradece a las cruces por la protección que han prodigado a los campos. Se honran con la fiesta del cruzvelacuy, el 3 de mayo, que consiste en velar las cruces durante cinco días.
Ya Huamán Poma mencionaba esa fecha como la celebración de la Vera Cruz. Sin embargo, la velación de la cruz posee raíces andinas muchísimo más profundas en el tiempo. Así, muchos investigadores sostienen que ya antes que pisara Colón tierras americanas, los incas rendían culto al símbolo de la cruz.
La constelación de la Cruz del Sur era venerada por los antiguos peruanos. Así se observa por ejemplo en el altar del Qoricancha dibujado por el cronista indio Santa Cruz Pachacuti Salqamaywa. A esa cruz astronómica le dieron el nombre de chakana. Es un símbolo que vemos representado en muchos petroglifos como en Tiawuanaco, en Bolivia, mantos de Paracas y cerámicas Chavín.
La chakana posee una antigüedad mayor de 4 mil años, según el arquitecto Carlos Milla, autor del libro Génesis de la Cultura Andina. Hoy en día, la cultura aymara sigue reproduciendo el gráfico de la chakana en sus telas. Igualmente, los aymara aún conservan el calendario lunar de 13 meses con 28 días cada mes, empleado por los antepasados: 13 por 28 sale 364, el día 365 era considerado el día cero, algo así como una especie de año nuevo andino. Ese día es el 3 de mayo, que es cuando la Cruz del Sur adquiere la forma astronómica de una cruz perfecta.
Curiosamente en esa misma fecha se tiene la costumbre de velar la cruz en los Andes. ¿La festividad de la cruzvelacuy no estará sobreponiéndose a la remota costumbre precolombina de venerar a la constelación de la Cruz del Sur? Cuando nosotros los salteños, realizamos en mayo la peregrinación a la cruz del cerro San Bernardo ¿acaso sospechamos que en realidad estamos continuando con el viejo culto a la Cruz del Sur?
Este sincretismo de las dos visiones occidental y andina nuevamente en un encuentro, donde los habitantes andinos conocemos de la raíz profunda de la creencias y prácticas, nos permitirá fortalecer más aún nuestra identidad.
- Recibido de Guillermo Riguera, corresponsal de AIPIN. Indymedia. Buenos Aires, 2 de mayo de 2003. Envíos anteriores por Cirilo Acuña, en http://www.redindigena.net/noticias/boletines/index.html - Agencia Internacional de Prensa India, (AIPIN) Región Noroeste, Parque Nacional 499 Oriente, Frac. El Parque, CP 81259, Los Mochis, Sin., México. Tel/Fax (52-668)8181526, e-mail: aipinrn@terra.com.mx - e-mail: aipinrn@laneta.apc.org